Cuidados del acebo

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Esos agraciados que vivan en una región donde los acebos medren de manera natural en el monte, indudablemente no precisen utilizar ningún precaución particular para tener un bonito ejemplar de este árbol en su jardín, ahora que las propiedades del ambiente indudablemente sean especiales.

Si cerca de tu casa hay acebos silvestres estás de suerte, indudablemente el que está en tu huerto o bien jardín medrará sano y precioso, mas además puede suceder que esto no sea de este modo, por una mala ubicación, suelo no apto, excesiva rivalidad, etc. Ahora observaremos todos estos datos.

 

Exposición correcta

En tiempos tibios y fríos no posee mucha consideración, en tanto que en los calurosos y secos, entonces sí hay que plantar el acebo en sombra parcial o bien total, ahora que el sol es muy dañino para los árboles jóvenes, y también los mayores no se desarrollan bien en emplazamientos bastante radiantes y calurosos.

Esto cobra particular consideración si además el suelo es poco profundo o bien tiende a secarse con simplicidad, o bien si se dan vientos secos y recurrentes en la región.

Por otro lado, el acebo resiste sin inconvenientes temperaturas en negativo ―inclusive hasta -20℃―, por lo cual en este sentido no va a haber que ofrecerle cuidados destacables que sí denuncian otros árboles.

Para acabar este capítulo, decir que el acebo elige los algo ácidos, aunque además aguanta los sutilmente alcalinos, por lo cual resulta favorable el aporte de materia orgánica ―es ácida― al lote en esos sitios en los que el suelo sea bastante alcalino.

 

Riego

La humedad es un aspecto fundamental para el acebo, por lo cual todos esos cuidados dirigidos a sostener el suelo húmedo y un ámbito fresco a su alrededor van a ser muy agradecidos por la planta.

Aquí es dónde entra en juego el riego, ahora que va a haber que recurrir a si no llovizna lo bastante en todo el año, y fundamentalmente en verano, en el momento en que hace más calor y el suelo se seca más veloz.

El riego del acebo ha de ser recurrente mas poco profundo, de manera que se garantice un suelo siempre húmedo mas no encharcado, ya que el exceso de agua además le resulta amenazante.

Adjuntado con el control de las plantas contendientes, el riego es el otro precaución básico del acebo en verano, dejando todos los otros para otros instantes del año.

 

Fertilización

El acebo no es muy riguroso en relación a la fertilidad, logrando realizarse bien en pisos pobres en nutrientes, más allá de que su vigor se verá muy bajo la influencia por ello.

En pisos fértiles puede no ser primordial abonarlo ―o bien llevarlo a cabo muy poco―, en tanto que en el resto sí es conveniente utilizar cuando menos una dosis anual de un abono equilibrado.

Son preferibles los abonos orgánicos muy maduros, ahora que aparte de contener todos y cada uno de los nutrientes, mejoran el procentaje de materia orgánica del suelo, y relacionado con esto, la considerable retención de agua.

La preferible época para abonar el acebo es el invierno, o bien inclusive desde finales del otoño hasta principios de primavera, mas siempre antes que el árbol empieze a brotar.

Control de adventicias

En su ámbito natural, el acebo forma bosquetes muy espesos bajo los que no medran otras plantas gracias a la carencia de luz, y quizás por esto padece bastante si tiene rivalidad de yerbas adventicias.

Un precaución básico para esta planta radica en cavar superficialmente el área de suelo que queda bajo su copa, para remover la vegetación espontánea, y más adelante contemplar la región con una cubierta de acolchado orgánico.

El acolchado retrasará la aparición de adventicias, mas en algún momento acabarán saliendo, por lo cual va a haber que reiterar otra vez la operación.

 

Plagas

La verdad es que no posee muchas si medra en el ámbito correcto, mas quizás ámbas siguientes sean las más recurrentes.

 

Pulgón

Los brotes tiernos que el acebo emite en primavera tienden a ser muy apetecidos por el pulgón, que los coloniza rápidamente y empieza a succionar la savia de estos, realizando que se debiliten, que las hojas se curven y el desarrollo se ralentice.

Es sustancial estar alerta a la aparición de los primeros pulgones ―las hormigas subiendo por el leño acostumbran delatar su presencia―, y pulverizarlos con una solución de agua saponácea, o bien si se desea, productos concretos respetuosos con el medio ámbito.

 

Mamíferos

Determinados animales ramoneadores como las cabras, ciervos o bien corzos, tienen la posibilidad de arrancar la corteza tierna del acebo y consumirla, ocasionando reales estragos. Roedores como los conejos además tienen la posibilidad de alimentarse de las partes blandas de los jóvenes acebos, en tanto que varios pájaros son clientes comunes de sus frutos.

Por todo ello, es recomendable ubicar una red cerca del acebo mientras que este no consigue el tamaño y dureza suficientes para que deje de ser apetecible.

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